La Lavanda o espliego (Lavanda angustofolia) es un arbusto de tallos leñosos, ramas de espigas alargadas y flores de color morado que desprenden un aroma intenso y fresco. Dentro de sus componentes destacan principalmente el lanilol, que tiene propiedades energizantes y los taninos, que son útiles como antisépticos, cicatrizantes, antioxidantes y protectores de la piel.
Desde tiempos remotos que la Lavanda se usa para perfumar, se dice que los Romanos la utilizaban en sus baños y también acostumbraban a llevar un ramito entre las ropas para ahuyentar a los insectos. Buen dato para los alérgicos a las picaduras de mosquitos.
La planta florece en verano y la recolección de las flores para uso medicinal se lleva a cabo entre los meses de julio y agosto. Las flores se cosechan a mano una vez que estén abiertas, idealmente en un día soleado y bien entrada la mañana.
La planta florece en verano y la recolección de las flores para uso medicinal se lleva a cabo entre los meses de julio y agosto. Las flores se cosechan a mano una vez que estén abiertas, idealmente en un día soleado y bien entrada la mañana.
Propiedades e indicaciones:
1.- Combate la Caspa: El aceite de lavanda ayuda a eliminar este molesto problema capilar o previene la caída del cabello. Sólo mezcla 15 gotas de aceite de esta planta con dos cucharadas de aceite de oliva y almendra; calienta durante 10 segundos en el microondas y aplica en el cabello mojado. Masajea durante 10 segundos y coloca una gorra de baño; deja reposar una hora y lava normalmente.
2.- Desinflama: Los polifenoles (antioxidantes) que contiene la lavanda reduce las bacterias del intestino, por lo que es un gran desintoxicante. Espolvorea un poco de lavanda seca sobre tus comidas.
3.- Calma las Picaduras: Con la lavanda te puedes olvidar de las molestas ronchas de mosquito. El aceite de esta planta es un antiinflamatorio natural que reduce la picazón, inflamación y enrojecimiento. Cuando tengas un piquete, aplica una gota o dos de aceite en el área y espera 15 minutos; aplica cada seis y ocho horas en las siguientes 24 horas.
4.- Te relaja y favorece el descanso: Tan sólo oler el aceite o las flores de lavanda te produce sueño, debido a que disminuye tu frecuencia cardíaca y la presión arterial. Puedes colocar las hojas secas en un molde cerca de tu mesa de noche.
5.- Mejora tu estado de ánimo: Al añadir unas gotas de aceite de lavanda y de semillas de uva al agua de baño, notarás cómo te sientes más relajada y feliz. Por las noches puedes disfrutar de un baño con estos aceites y dormir profundamente.
Precauciones:
Se aconseja no aplicar aceites esenciales de lavanda por vía interna durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de 6 años ni a los que sufren trastornos gastrointestinales de diversa índole (gastritis, úlceras, colon irritable, colitis, etc.) o padecen epilepsia, Parkinson u otras enfermedades neurológicas. El aceite esencial puede provocar dermatitis de contacto a personas sensibles.
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